domingo, noviembre 26, 2006
Crítica: Casino Royale
Siempre me han gustado las películas de James Bond, sobre todo las primeras, aquellas de Sean Connery rodadas en plena guerra fria y siempre, creo que como a todos los aficionados a la serie del agente secreto, he relacionado al personaje con el primer actor que lo interpretó, un Connery masculino, sofisticado, elegante, cínico, arrogante, un gentleman que se paseaba por el mundo resolviendo entuertos sin mancharse la chaqueta, la esencia misma de la flema inglesa, y creo que a todos se nos ha quedado esa impronta idiosincrásica. Por eso, cuando me enteré que Daniel Craig iba a interpretar al personaje pensé: “¿Pero que coño? ¿Por qué no se lo ofrecieron a Clive Owen?. Daniel Craig me parecía que no tenia nada que ver con James Bond, no por el hecho de que sea rubio como el Güisqui, sino porque el tipo parece mas un portero de una discoteca de Manchester que un espía. Pero cuando he visto la película ¡Oh sorpresa! Mis temores se confirmaron, como no podían hacer que Craig fuera Bond, hicieron que Bond fuera Craig. El nuevo Bond es un killer, un matón nada refinado que en poco se parece a los anteriores, este Bond es mas visceral, mas agresivo y también mas humano, pero me han cambiado a James Bond ¡cojones!.
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2 comentarios:
parece que la gente no recuerda que Roger Moore era rubio. Será por la sombra que dejo Conery. Pierce Brosnan fue un digno sucesor...
Por cierto, cambia su personalidad y es duro, porque refleje a como era en sus inicios (incluso se enamora...).
Roger Moore no era rubio, era mas bien castaño oscuro.
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