El 25 de Noviembre de 1970 El escritor japonés, 3 veces nominado al Nobel de Literaruta,
Yukio Mishima intentó dar un golpe de estado, su intención era la de restablecer los antiguos valores de su país y devolver al emperador el poder que antaño tenia.
Su auténtico nombre era Kimitake Hiraoka el cual cambio en su adolescencia por el de Yukio Mishima. Nació en Tokio, el 14 de Enero de 1925 y tuvo una niñez marcada por una débil salud y una constitución enclenque, su frágil salud solo le dejó una opción: Leer, desde su niñez empieza su interés por las letras y su primera mirada es la poesía y la escritura Haiku, sus primeros ensayos cortos son publicados periódicamente en el diario de su escuela llamado Kozakura (Pequeñas Cerezas). Su abuela Natsuko lo empieza a llevar en lo que se convertiría en un hábito, al teatro Kabuki y Nō. Reconoció tener su primer orgasmo a los 13 años, al contemplar una imagen de San Sebastián atado con los brazos levantados y atravesado por varias flechas, años mas tarde él mismo se retrataría en una polémica serie de fotografías representado al propio San Sebastián.
Mishima se gradúa en la escuela media en 1941, se dedica a estudiar la literatura de la corte del período Heian, del cual nace el poema "La gran proclamación imperial”.
Es llamado a filas pero queda exento del servicio por su mala salud, se libra de ir a la guerra. Trabaja un tiempo en el gobierno para luego retirarse de un cargo muy importante para dedicarse por completo a la literatura con un enorme éxito. Sus libros narran las historias de personajes aislados, enfermos y autodestructivos.
Cuando llega a la conclusión de que su éxito en el campo de la literatura no puede ser mayor, sus delirios de grandeza o quizás su complejo de inferioridad, le llevan intentar cambiarse a si mismo, luchando contra su propia constitución se esculpe un nuevo cuerpo a base de pasarse largas horas en el gimnasio, se convierte en un autentico vigoréxico. Pero ahí no queda la cosa. En un par de días escribe una obra Kabuki, participa y gana en campeonatos de esgrima y karate y todavía le queda tiempo para hacer una de sus mayores ocurrencias: crearse un ejército propio.
Gracias a su gran celebridad y por su defensa de la cultura japonesa, logra granjearse el favor de las autoridades por lo que consigue que le dejen a él y a su ejército de samuráis entrenarse en unas instalaciones militares cercanas al monte Fuji, se hacen llamar “Sociedad del Escudo”.
Realiza una sesión de fotos absolutamente narcisistas en las que desnudaba sus orgullosos músculos pese a que en su país esta prohibido mostrar la desnudez, pero se lo pasan por alto. Escribe, produce, protagoniza y dirige su propia película, en realidad se trata de un mediometraje de 30 minutos de estilo abstracto llamado Yûkoku (Patriotismo).
Embriagado por sus propios delirios nacionalistas decide llevar las cosas al extremo. Una mañana de noviembre de 1970, entra en el ministerio de defensa acompañado por 4 de los mejores y más dispuestos cadetes de su ejercito, ataviados con sus uniformes de gala, diseñados por el mismo sastre de DeGaul, y con katana en mano, secuestran al ministro de defensa. Exige que reúnan al ejercito al que le quiere dirigir una declaración.
Desde el balcón del despacho del ministro de defensa un enfervorizado Mishima, luciendo una mortaja en su frente, se dirige al ejercito, intenta transmitirles sus valores, pero entre la prensa allí congregada, los helicópteros y los comentarios de la multitud, le resulta imposible hacerse oír, Mishima está fuera de si, grita y grita pero no le sirve de nada, su mensaje no puede elevarse por encima del ruido del exterior. Frustrado y furioso vuelve a entrar en el despacho donde se dispone a hacerse el hara-kiri, con un cuchillo abre su vientre de un extremo al otro y su fiel cadete lo remata separándole la cabeza del cuerpo con un golpe de katana. Terminó su vida de la misma forma como la terminaron muchos de sus personajes, era evidente que alguien que había glorificado tanto esta forma de morir, tarde o temprano acabaría asi con su vida.
Polémico, brillante, demente, un personaje único cuya vida merecía una película que fue realizada en 1985 por el director Paul Schrader y producida por George Lucas y Francis Ford Coppola.
Desconozco si ahora mismo las obras de Mishima están catalogadas, pero por si las encuentran en laguna librería, les recomiendo “Confesiones de una máscara” y “El pabellón de oro”.
¡Yuos! Vaya retahíla que he soltado, se nota que hoy es sábado X-D.
P.D. Se le olvidó mencionar que en la autopsia practicada a Mishima se descubrió que tenía una masa enorme de algodones en su intestino, por lo visto se lo introdujo el propio Mishima para que cuando muriera no se les escaparan sus eses, algo que podria haberle estropeado su gran finale.
1 comentario:
Interesantísimo artículo :)
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