Con su imagen robusta y su madera de tonos oscuros y elegantes ocupa discretamente una de las esquinas de mi casa.
Se trata de un piano de caja de la casa británica John Broadwood & Sons, esta casa de ebanistas llevan desde mediados del siglo XVIII fabricando pianos que han sido tocados por Mozart, Chopin, Haydn, Beethoven y Liszt.
El piano que ocupa un rincón en mi casa se trata de uno especial, ya que fue fabricado ex profeso para el Grand Prix de Paris de 1900, un concurso de pianos.
Este piano llegó hasta el rincón de mi casa un poco de rebote, a través de un familiar que a su vez se lo regalaron unas monjitas y ahí yo pierdo la pista.
El futuro de esta obra de arte es incierto, ya que en mi casa soy el único que se opone a deshacernos de él. En mi familia hay una especie de obsesión por librarse de las cosas que no usan, todo lo contrario al síndrome de Diógenes ya que todavía no se si esta pasión por tirar cosas la han investigado los psiquiatras, al parecer yo todavía me mantengo inmune y eso es lo que ha salvado al piano de acabar en vayaustedasaberdonde. También es cierto de que en mi casa nadie toca el piano y se está echando un poco a perder, pero, no puedo evitar ser un sentimental y que me dé pena perder ese cachito de historia que hay en mi casa.
11 comentarios:
Esssssssssss míoooo, mi tesssssssorooooo...
Pero yo paso de cargar la Berlingo con eso.
Por cierto, se te olvidó mencionar al tío Josef dentro del piano. Y al perro.
No se, me da mucha penita deshacerme de él, le tengo cogido cariño.....
Se abre la subasta ¿quien ofrece mas?
Yo creo que se podría aprovechar para la critura de Adastra, que si empiezan de pequeñitos luego se les dá mucho mejor....
Que pena que el día de San Juan ya pasó ... }:-)
Fuego y Jebi es awesome
NBo te deshagas de esa "joya". Un cordial saludo desde Tenerfie
Ya me han contado la historia del perro y entre mi hermano y yo ya nos pusimos a decir burradas anoche acerca de encontrar al perro dentro del piano JUAS JUAS JUAS.
Calvo guárdalo para los churumbeles, así te ahorras la cuna, JUAS JUAS JUAS JUAS JUAS
Jajajaja los maldigo, por cierto, he cambiado de idea, el piano no se mueve de mi casa.
Yo toqué ese piano allá a en los ochenta... cuando alguna vez estuve en tu casa... cuando vuelva, debo tocarlo! Aunque debe estar más desafinado que un gato atropellado. Un besote desde los reinos nazaríes...
Claro que si, de hecho te agradeceria que le dieras un poco de uso al pobre, que falta le hace.
¿Cómo os vais a deshacer de él? Hacedos un favor, lanzad a la basura la televisión y escuchad como suena el piano.
Saludines.
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