Crítica: La bandera de nuestros padres

Tenia ganas de ver la última película de Clint Eastwood un director que casi nunca me había defraudado, pero algún día tenia que ser.

La bandera de nuestros padres es un biopic que nos narra la historia de los hombres que combatieron en la batalla de Iwo Jima y que aparecen en la famosa foto colocando la bandera, de cómo esa foto alcanzó una gran celebridad y el posterior uso que hicieron de esos hombres en la labor de conseguir fondos para la guerra.

La película intenta hacer una reflexión madura sobre la figura de los héroes y la necesidad de las sociedades en encontrarlos en los momentos de mayor desesperación.

Consta de tres partes muy diferenciadas, una en la propia batalla, otra en la que los protagonistas están de gira recaudando fondos y la tercera vemos como trascurrió su vida después de que el mundo los olvidara. El problema a mi parecer es que entrelazaron y entretejieron las tres partes en un desorden que al público puede llagar a resultar desconcertante, un montaje sin criterio y sin lógica. Quizás porque algunas de las partes llegan a resultar soporíferas, las historias de los soldados no me llegaron a enganchar, solo me pareció interesante la del soldado indio afectado por el síndrome de la guerra y que buscaba una solución en una botella de alcohol, pero creo que intentaban reanimar estas lagunas metiéndoles por medio algo de casquería bélica.

Las escenas de batalla me recuerdan mucho a Salvar el soldado Ryan, rodadas con cámara en mano con parkinson. Los pocos japoneses que aparecen en la película solo lo hacen para lanzarse gritando contra las bayonetas de los americanos.

En conclusión, la película me ha decepcionado, me dió la impresión de que le sobra casi una hora de metraje y le faltaba un buen montador. Aun así espero ver la otra versión de esta película, Cartas desde Iwo Jima, que nos cuenta la batalla desde el bando japones, si, es la otra cara de la misma moneda que es La bandera de nuestros padres, rodada por el mismo equipo, pero por las noticias que me llegan al parecer al Sr. Eastwood le ha quedado mucho mas “redonda” la historia contada desde el punto de vista nipon. Uno no pierde la esperanza.

Le doy un 4 sobre 7.