lunes, marzo 06, 2006

Sobre Mi

A la mayoría nos gusta definir a los demás e incluso a nosotros mismos de la forma mas abreviada posible, como si se pudiera sintetizar la personalidad, cuando en realidad, sabríamos mas de alguien cuantos mas matices supiéramos de ellas, pero no lo hacemos. Quizás sea por la incapacidad de procesar mucha información y catalogamos a todas las personas a las que conocemos y es probable que con este procedimiento al final nos acabemos dando cuenta de que conocemos a nadie en realidad.

Por eso no quiero definirme a mi mismo por aquí y que los lectores puedan hacerlo a medida que vaya reflejando en este blog, mis ideas, experiencias, manías y esperanzas. Tampoco crean que voy a ser una especie de Harvey Pekar (American Splendor) que va a desnudar por completo toda mi intimidad para regocijo de los lectores, pero si seré todo lo honesto que pueda.

¿Por qué Acratania? Por que tenia que decidir un nombre y se me ocurrió esta tontería de Acratania, algo así como una nación ácrata, porque yo soy ácrata, además de ateo, empirista y muchas cosas mas, que como ya dije, iré tratándolas largo y tendido en este blog.

Exotismos Lingüísticos

Hace tiempo, me encontraba viendo por la tele un documental que trataba en profundidad los grandes mitos y leyendas de nuestro tiempo, tales como: el monstruo del lago ness, el sasquatch y otros cuentos e historias con las que entretener a aquellos que no quieren tener ninguna otra cosa mejor por la que preocuparse.
Uno de ellos me llamó la especialmente la atención por un detalle, se trataba de una entrevista al típico sheriff de pueblo del sur de Texas: gordo, rubio, medio calvo y con unos pequeños ojos viciosos y crueles detrás de unas enormes gafas. El hombre relataba un misterioso suceso acaecido en el lugar y probablemente relacionado con una criatura del folclore regional "el chupacabra". Por debajo del doblaje español, se oía la voz del individuo en la que destacaban dos palabras the chupacabra, solía repetirlas en la entrevista con un acento macarrónico muy típico de los anglosajones cuando pronuncian palabras hispanas, y al hacerlo, en su rostro se dibujaba cierta fascinación, cuando a uno escuchándolo la sensación era de vergüenza ajena.
Es muy posible que al sheriff tejano le resultara misteriosa, desconocida y llamativa esa palabra, al ser ajena a su cultura y a su lengua. Pero a nosotros que estamos más habituados nos puede resultar ridícula y estúpida. ¿Acaso puede alguno de nosotros asimilar y decir "el chupacabra" sin una mueca de sorna? eso sería lo mínimo, porque podríamos hacer miles de chistes sobre un tío que se dedica a chupar cabras, mas que resultarnos un monstruo mitológico, nos daría la impresión de que se trata de alguna especie de pervertido.
Pero este caso de exotismo lingüístico no es aislado, también se nos da en nosotros con las palabras y nombres foráneos. De la misma forma que nos llama la atención nombres como: Madison Square Garden, biohazards, Friederich Wilhem Murnau y un infinito etc. Al nativo del lugar donde proceden estas palabras, las tienen completamente asimiladas e incluso las tenga como casposas y ridículas.

Sufrimiento Justificado


Navegando por la red de redes me tope con la fotografía de una dulce chica en medio de un paisaje helado, era una hermosa modelo vestida con un exiguo bikini y un sombrero vaquero, miraba de reojo a la cámara y mostraba una leve sonrisa en unos carnosos labios. De repente algo me hizo despertar de mi éxtasis, era mi conciencia que me decía que algo en esa foto andaba mal. ¿Que hacia esa muchacha en ese paraje helado, casi sin ropa y a la intemperie en un lugar que estaría muy por debajo de los cero grados centígrados y mostrando una media sonrisa a todas luces falsa? Mi libido acababa de caer abatido por mi civismo, era como el Hinderburg flotando exuberante en el cielo y de repente explotar para caer contra el suelo convertido en un amasijo de flameantes hierros retorcidos.
Entonces me recordé a mi mismo en algunos de los rodajes de los cortos: Sudando bajo los focos durante horas con una bolsa de basura en mi cabeza, arrastrándome por un polvoriento terreno con una barba postiza que parecía de espinas o disfrazado de vagabundo en mitad de una calle.
El paso siguiente en mi idiosincrasia era el alumbramiento de una nueva cuestión. ¿Era yo igual que esa chica? No, y no lo era por dos simples razones: La primera, porque ella estaba allí pasándolo mal e intentado fingir lo mejor que podía porque le pagaban por ello, lo hacia por un salario, por su belleza física y por una superflua sociedad que le premia por ello y no por su humanidad. Yo en cambio no veo un euro por ningún lado, lo hago porque me resulta lo suficientemente gratificante ver el resultado creativo de ese esfuerzo (con esto no quiero decir que si empieza a entrarnos dinero siga haciéndolo por amor al arte), y la otra razón que nos diferencia es porque ella esta muy buena, buenísima.

Moralidad Inmoral

En bucólico paisaje, nos relatan con una pegadiza canción las virtudes del campo: insectos, escreciones, trabajo duro de sol a sol y las consecuencias fisicas de la jornada. Asi comenzaba uno de los pocos anuncio con algo de gracia e ingenio del nutrido mundo de la publicidad en el que se intentaba sugerir que lo mejor del campo se concentraba en un bocadillo de una cadena de comida rapida. Era un anuncio genial, divertido, demasiado divertido, tal vez, para algunos personajillos
La doble moral y la hipocresía de la sociedad española con respecto a lo que se ha dado a considerar como “políticamente incorrecto” comienza a tomar tintes patológicos, una copia cutre de la neurasténica sociedad norteamericana en la que cualquier motivo es bueno para presentar una demanda y un claro ejemplo de esto es la televisión.
Muchas de esas asociaciones que se consideran adalides en la defensa del espectador, de los animales, los agricultores y un largo etcétera de otros indefensos colectivos, no tienen nada mejor que saltar con quejas al menor síntoma de ofensa o lo que ellos consideran ofensivo.
La caja tonta cada día que pasa lo es aún más, nos muestran una sociedad de pandereta de turbias actitudes y de mucha ignorancia, nos intentan convencer de lo que quieren que creamos que es triunfar en la vida, de vender lo que sea al precio que sea, de comerciar con el llanto, de destrozarnos unos a otros por cuatro duros. Una televisión de chulos, vividores y prostitutas que no tienen ningún reparo en relatar a toda la audiencia con quien se han acostado (lo sorprendente y vergonzoso es que haya gente que les interese saber eso) una televisión de falacias y de intereses (¿porque antes de la segunda guerra del golfo se emitieron con todo lujo de detalles grabaciones de las ejecuciones del antiguo régimen Iraki y durante la guerra se prohibió la emisión de cualquier imagen de los muertos y los heridos en las batallas?). La televisión cada día que pasa se convierte más en un surtidor de ignorancia, un medio para lavar las mentes de los televidentes porque nos hemos de creer todo lo que cuenta como si fuera un dogma. Apenas queda libertar ni creatividad artística por temor a que cualquier personaje que quiera darse relevancia se ponga a patalear y a revindicar sus derechos y apenas queda sentido del humor, se retiró el anuncio de un famoso refresco porque su protagonista iba viajando por España disfrazándose con los trajes típicos de cada región (maño, gitano, fallera) y eso ofendió mucho a los adalides de la cultura regional, nunca se llegó a emitir una serie de anuncios de Alex de la Iglesia por temor a que fueran considerado violentos y así hasta casi 300 anuncios que han sido denunciados alegando cualquier motivo por rebuscado que resultase.
Deberían de hacer reflexión y pensar si lo que ven es lo que quiere el anuncio mostrarnos o lo que ven es la forma en la que ellos quieren interpretar el anuncio.

En el aire

  • La última peli que he visto: The Host (Destruyendo espectativas)
  • Lo que estoy leyendo: Ahora mismo nada. :-(